Sheinbaum endurece estrategia ante nuevo golpe arancelario de Trump
La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha elevado el tono frente a la reciente imposición arancelaria del 50% por parte de Estados Unidos al acero y aluminio mexicanos. Este incremento, que duplica el gravamen previo del 25%, ha sido calificado de "injusto" por Sheinbaum, quien ya desliza la posibilidad de medidas recíprocas si no se revierte la situación.
Cambio de estrategia o simple retórica?
Tradicionalmente, la Casa Blanca ha empleado una táctica de amenaza seguida de negociación. Sin embargo, este último movimiento de Donald Trump, con miras a sus propias elecciones en noviembre de 2026, parece ir más allá. Expertos en relaciones internacionales sugieren que la estrategia mexicana, que hasta ahora se basaba en "comprar tiempo" y "no perder", podría estar llegando a su límite.
El analista político Carlos Bravo señala que, en el pasado, las negociaciones entre Trump y Sheinbaum, aunque percibidas como exitosas para México, en realidad solo evitaban mayores pérdidas. "Trump amenazaba, pero luego no cumplía", explica Bravo. Sin embargo, la persistencia de la amenaza arancelaria, que ahora se materializa con un aumento significativo, exige un cambio de discurso y, posiblemente, de acción.
La "política interméstica" en juego
Sheinbaum ha sido enfática: el arancel del 50% es "injusto" y carece de sustento legal bajo el tratado comercial existente. Además, ha advertido que, de no haber un cambio, la próxima semana se anunciarán medidas de protección para la industria mexicana. Aunque la presidenta insiste en que no se trata de un "ojo por ojo", el mensaje a Estados Unidos es claro: México protegerá sus empleos y su industria.
La relación entre México y Estados Unidos se caracteriza por su naturaleza "interméstica", donde lo internacional impacta directamente en lo doméstico. Trump, por ejemplo, utiliza los aranceles para presionar en temas como la seguridad fronteriza o el tráfico de fentanilo. Del mismo modo, Sheinbaum debe demostrar su soberanía y proteger su mercado laboral ante su propia ciudadanía, que votará en junio de 2027. "Todo es política interna aquí y allá", sentencia Bravo, "que genera una política bilateral y ambos la están jugando".
México: el socio más débil
A medida que se acercan las elecciones en ambos países, la presión podría intensificarse. No obstante, México, como socio más débil, enfrenta una dependencia considerable de Estados Unidos. A diferencia de Canadá, China o la Unión Europea, las opciones de México son más limitadas. Mariana Aparicio Ramírez, del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, destaca que, a pesar de la relación especial entre ambos presidentes y la necesidad de relocalización de empresas, "en esta nueva Administración Trump el mensaje ha sido más agresivo".
La incertidumbre constante, la inminente renegociación del T-MEC y la exclusión de Gran Bretaña del nuevo arancel (en lugar de dar trato preferencial a los socios de América del Norte) son factores que están pesando en México y que, según Aparicio Ramírez, explican el endurecimiento del tono por parte de la administración Sheinbaum. El reciente arancel del 50% también se interpreta como una movida electoral de Trump, buscando el apoyo de ciertos sectores afectados, mientras que Morena en México busca asegurar el respaldo en sus propias elecciones intermedias al proteger los empleos del acero y el aluminio.
La reunión de la presidenta Sheinbaum con los responsables de la industria del acero y el aluminio culminó con un mensaje en redes sociales reiterando su compromiso: "Nuestra responsabilidad es proteger los empleos". Por su parte, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha calificado los aranceles de "injustos, insostenibles e inconvenientes", y aseguró que buscará la exclusión de México de esta medida durante las negociaciones en Washington.
Fuente: EL PAÍS